jueves, 24 de julio de 2014

Comprensión de Lectura Taller de lenguaje 8 básico.

EL LEÓN

    El león hace gala de todo un aparato atemorizador e imponente que resulta de lo más  inapropiado  para un cazador. La flotante melena negra de  los  leones de montaña, la voz de trueno, las arrogantes  posturas en los altos de los collados o en  las  cuerdas, forman parte de todo un sistema bélico que  los  machos ponen en juego para asustar a sus competidores; para que los vecinos líderes de otras tribus  leoninas sepan que sus territorios de caza están defendidos por un león poderoso, en la flor de la edad.


    Pero la especialización de los leones adultos  en la delimitación y defensa de las  fronteras  de  sus feudos no siempre se reduce a las imponentes actitudes de parada. Con frecuencia, los machos competidores libran batallas titánicas en la que no  es  raro que muera uno de los contendientes o queden muy  malheridos. El más fuerte y hermoso de los  leones  que he observado y filmado fue encontrado muerto y semidevorado, una mañana, por los guardianes de  la  reserva del Ngorongoro. Durante toda la noche escucharon los terribles rugidos que acompañaban a las  luchas territoriales. Al parecer, un  león  de  melena roja, campeón de una horda vecina, mató al macho  de la montaña aprovechándose de que éste estaba inútil, con una de sus zarpas hinchada como consecuencia  de una espina infectada.


    Esto explica mi afirmación de que los leones  machos se asemejan más que ninguna otra criatura a los épicos monarcas medievales o a los heroicos  guerreros de la "Iliada". Adornadas sus imponentes cabezas con el penacho de  sus  crines,  sin  malgastar  sus energías en la caza o en los deberes familiares, pregonando a los cuatro vientos sus derechos  sobre  la propiedad de su feudo, los leones adultos y dominantes son mantenidos por las hembras y los machos  jóvenes de sus hordas. Porque para la sociedad de  los grandes felinos resulta más vital que la propia caza la garantía de posesión de un amplio territorio, donde no puedan penetrar otros congéneres, para que  se conserve así la elevada densidad de animales  herbívoros que la tribu necesita para alimentarse.


    Pero, además de la lucha con los machos de  otras hordas, en el seno  de  los  propios  grupos  existe siempre una rígida jerarquización entre  los  leones adultos y semiadultos. Y tan pronto  como  un  líder pierde facultades por la edad o por lesiones recibidas en un combate, su inmediato inferior  lo desafía y ocupa inexorablemente su puesto  si  vence  en  el duelo.    
    Félix Rodríguez de la Fuente.


Responde las siguientes preguntas:

TALLER DE LENGUAJE OCTAVO BÁSICO.


Lee atentamente el texto  y desarrolla las actividades de comprensión lectora.

LA MOTIVACIÓN  

    El poder estudiar (tener inteligencia) es muy  importante  para conseguir el éxito en los estudios, pero no lo es todo.  Hay  estudiantes  que teniendo una inteligencia normal, a base de esforzarse y "machacar"  terminan sacando buenas notas. 
    El querer estudiar (tener motivaciones o voluntad) es tan importante o más que la inteligencia para alcanzar buenas notas. La motivación, en  el sentido de causa que mueve o impulsa a estudiar, ha sido estudiada  en un trabajo de investigación con alumnado del Ciclo Superior de E.G.B. de Zaragoza (Memoria de Licenciatura. Ramo García, Arturo.  Valencia,  octubre de 1977). En este trabajo se distinguen las motivaciones internas  y  las externas. Llamamos internas o personales a aquellas motivaciones que nacen del propio alumno, que quiere hacer algo por sí mismo y tiene  voluntariedad actual. Las motivaciones externas o ajenas son aquellas  que  no nacen del alumno sino de otras personas  (padres,  hermanos,  profesores, compañeros) y de circunstancias que le rodean.  

    Entre las motivaciones internas o personales distinguimos las  que hacen referencia al interés profesional (conseguir un buen trabajo y seguir estudiando), al interés personal (me  gusta  estudiar,  por  satisfacción personal) y al interés escolar (saber más, sacar buenas notas, superarme).Estas motivaciones internas están muy relacionadas con  el  alumnado  que obtiene altos rendimientos.   

    Las motivaciones externas o ajenas suelen ser familiares (por satisfacer a los padres, porque me riñen o me pegan), escolares (por no  suspender en las evaluaciones, por saber contestar en clase) y sociales (por ir de veraneo, por tener el sello de listo). Todas ellas están muy  relacionadas con el alumnado de rendimiento bajo. Podríamos afirmar  que  estas motivaciones externas no sólo no ayudan al estudiante sino que le  perjudican en sus rendimientos escolares. Dicho de otra forma,  para  que  los rendimientos sean satisfactorios ha de ser el alumno quien primordialmente quiera estudiar, con interés personal, profesional o escolar, que  nacido dentro de sí mismo le empuje al esfuerzo que ordinariamente exige el estudio.

    Si esta motivación personal o interna no existe o incluso es  negativa-con un rechazo claro hacia el estudio- los esfuerzos que  hagan  los padres, los profesores y compañeros para ayudar al alumno, utilizando todos los medios (propinas, castigos, riñas, recompensas afectivas, etc.),  serán insuficientes. También serán insuficientes los otros estímulos de  la sociedad que empujan al alumno al estudio.

    Arturo Ramo García

RESPONDE LA ACTIVIDAD EN ESTA PÁGINA
http://www.aplicaciones.info/lectura/lecmay40.htm

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jueves, 12 de junio de 2014

Comprensión Lectora Octavo Básico.

ve el vídeo y luego responde estas actividades interactivas,si tienes dudas vuelve a leer el texto.

El almohadón de plumas[Cuento. Texto completo.]
Horacio Quiroga
Su luna de miel fue un largo escalofrío. Rubia, angelical y tímida, el carácter duro de su marido heló sus soñadas niñerías de novia. Ella lo quería mucho, sin embargo, a veces con un ligero estremecimiento cuando  volviendo de noche juntos por la calle, echaba una furtiva mirada a la alta estatura de Jordán, mudo desde hacía una hora. Él, por su parte, la amaba profundamente, sin darlo a conocer. Durante tres meses -se habían casado en abril- vivieron una dicha especial.
Sin duda hubiera ella deseado menos severidad en ese rígido cielo de amor, más expansiva e incauta ternura; pero el impasible semblante de su marido la contenía siempre.
La casa en que vivían influía un poco en sus estremecimientos. La blancura del patio silencioso -frisos, columnas y estatuas de mármol- producía una otoñal impresión de palacio encantado. Dentro, el brillo glacial del estuco, sin el más leve rasguño en las altas paredes, afirmaba aquella sensación de desapacible frío. Al cruzar de una pieza a otra, los pasos hallaban eco en toda la casa, como si un largo abandono hubiera sensibilizado su resonancia.
En ese extraño nido de amor, Alicia pasó todo el otoño. No obstante, había concluido por echar un velo sobre sus antiguos sueños, y aún vivía dormida en la casa hostil, sin querer pensar en nada hasta que llegaba su marido.
No es raro que adelgazara. Tuvo un ligero ataque de influenza que se arrastró insidiosamente días y días; Alicia no se reponía nunca. Al fin una tarde pudo salir al jardín apoyada en el brazo de él. Miraba indiferente a uno y otro lado. De pronto Jordán, con honda ternura, le pasó la mano por la cabeza, y Alicia rompió en seguida en sollozos, echándole los brazos al cuello. Lloró largamente todo su espanto callado, redoblando el llanto a la menor tentativa de caricia. Luego los sollozos fueron retardándose, y aún quedó largo rato escondida en su cuello, sin moverse ni decir una palabra.
Fue ese el último día que Alicia estuvo levantada. Al día siguiente amaneció desvanecida. El médico de Jordán la examinó con suma atención, ordenándole calma y descanso absolutos.
-No sé -le dijo a Jordán en la puerta de calle, con la voz todavía baja-. Tiene una gran debilidad que no me explico, y sin vómitos, nada... Si mañana se despierta como hoy, llámeme enseguida.
Al otro día Alicia seguía peor. Hubo consulta. Constatóse una anemia de marcha agudísima, completamente inexplicable. Alicia no tuvo más desmayos, pero se iba visiblemente a la muerte. Todo el día el dormitorio estaba con las luces prendidas y en pleno silencio. Pasábanse horas sin oír el menor ruido. Alicia dormitaba. Jordán vivía casi en la sala, también con toda la luz encendida. Paseábase sin cesar de un extremo a otro, con incansable obstinación. La alfombra ahogaba sus pasos. A ratos entraba en el dormitorio y proseguía su mudo vaivén a lo largo de la cama, mirando a su mujer cada vez que caminaba en su dirección.
Pronto Alicia comenzó a tener alucinaciones, confusas y flotantes al principio, y que descendieron luego a ras del suelo. La joven, con los ojos desmesuradamente abiertos, no hacía sino mirar la alfombra a uno y otro lado del respaldo de la cama. Una noche se quedó de repente mirando fijamente. Al rato abrió la boca para gritar, y sus narices y labios se perlaron de sudor.
-¡Jordán! ¡Jordán! -clamó, rígida de espanto, sin dejar de mirar la alfombra.
Jordán corrió al dormitorio, y al verlo aparecer Alicia dio un alarido de horror.
-¡Soy yo, Alicia, soy yo!
Alicia lo miró con extravió, miró la alfombra, volvió a mirarlo, y después de largo rato de estupefacta confrontación, se serenó. Sonrió y tomó entre las suyas la mano de su marido, acariciándola temblando.
Entre sus alucinaciones más porfiadas, hubo un antropoide, apoyado en la alfombra sobre los dedos, que tenía fijos en ella los ojos.
Los médicos volvieron inútilmente. Había allí delante de ellos una vida que se acababa, desangrándose día a día, hora a hora, sin saber absolutamente cómo. En la última consulta Alicia yacía en estupor mientras ellos la pulsaban, pasándose de uno a otro la muñeca inerte. La observaron largo rato en silencio y siguieron al comedor.
-Pst... -se encogió de hombros desalentado su médico-. Es un caso serio... poco hay que hacer...
-¡Sólo eso me faltaba! -resopló Jordán. Y tamborileó bruscamente sobre la mesa.
Alicia fue extinguiéndose en su delirio de anemia, agravado de tarde, pero que remitía siempre en las primeras horas. Durante el día no avanzaba su enfermedad, pero cada mañana amanecía lívida, en síncope casi. Parecía que únicamente de noche se le fuera la vida en nuevas alas de sangre. Tenía siempre al despertar la sensación de estar desplomada en la cama con un millón de kilos encima. Desde el tercer día este hundimiento no la abandonó más. Apenas podía mover la cabeza. No quiso que le tocaran la cama, ni aún que le arreglaran el almohadón. Sus terrores crepusculares avanzaron en forma de monstruos que se arrastraban hasta la cama y trepaban dificultosamente por la colcha.
Perdió luego el conocimiento. Los dos días finales deliró sin cesar a media voz. Las luces continuaban fúnebremente encendidas en el dormitorio y la sala. En el silencio agónico de la casa, no se oía más que el delirio monótono que salía de la cama, y el rumor ahogado de los eternos pasos de Jordán.
Alicia murió, por fin. La sirvienta, que entró después a deshacer la cama, sola ya, miró un rato extrañada el almohadón.
-¡Señor! -llamó a Jordán en voz baja-. En el almohadón hay manchas que parecen de sangre.
Jordán se acercó rápidamente Y se dobló a su vez. Efectivamente, sobre la funda, a ambos lados del hueco que había dejado la cabeza de Alicia, se veían manchitas oscuras.
-Parecen picaduras -murmuró la sirvienta después de un rato de inmóvil observación.
-Levántelo a la luz -le dijo Jordán.
La sirvienta lo levantó, pero enseguida lo dejó caer, y se quedó mirando a aquél, lívida y temblando. Sin saber por qué, Jordán sintió que los cabellos se le erizaban.
-¿Qué hay? -murmuró con la voz ronca.
-Pesa mucho  -articuló la sirvienta, sin dejar de temblar.
Jordán lo levantó; pesaba extraordinariamente. Salieron con él, y sobre la mesa del comedor Jordán cortó funda y envoltura de un tajo. Las plumas superiores volaron, y la sirvienta dio un grito de horror con toda la boca abierta, llevándose las manos crispadas a los bandós. Sobre el fondo, entre las plumas, moviendo lentamente las patas velludas, había un animal monstruoso, una bola viviente y viscosa. Estaba tan hinchado que apenas se le pronunciaba la boca.
Noche a noche, desde que Alicia había caído en cama, había aplicado sigilosamente su boca -su trompa, mejor dicho- a las sienes de aquélla, chupándole la sangre. La picadura era casi imperceptible. La remoción diaria del almohadón había impedido sin duda su desarrollo, pero desde que la joven no pudo moverse, la succión fue vertiginosa. En cinco días, en cinco noches, había vaciado a Alicia.
Estos parásitos de las aves, diminutos en el medio habitual, llegan a adquirir en ciertas condiciones proporciones enormes. La sangre humana parece serles particularmente favorable, y no es raro hallarlos en los almohadones de pluma.
¿Qué te pareció esta adaptación del cuento "El almohadón de plumas" de Horacio Quiroga? ¿Qué fue lo que más te gustó? Sube tu comentario con tus apreciaciones sobre el video.

Cuentos de amor de locura y de muerte
, 1917

miércoles, 11 de junio de 2014

7º básico. Análisis de Poema.

Publica aquí tu análisis de poema. (Identifica claramente el nombre del poema y tu creación)

martes, 10 de junio de 2014

FELICITACIONES QUERIDAS ALUMNAS!!! MEJOR SIMCE LIMACHE_ LENGUAJE Y COMUNICACIÓN 8 BÁSICO _2014

Queridas alumnas estoy tan feliz, por sus resultados, valió la pena el trabajo realizado en clases y las horas de taller para potenciar su comprensión lectora. Felicitaciones nuevamente y me han hecho sentir muy bien el día de hoy.

                                                            Son lo Máximo mis alumnitas.

jueves, 29 de mayo de 2014

Publica aquí tu programa Radial.

Estimada alumna

Actividad: Crea un programa de radio, con su nombre respectivo y aquel contenido que vas a exponer.
Ejemplo:
Programa: “ Medio ambiente micaeliano”
Objetivo: Generar un espacio de conversación donde las estudiantes puedan reflexionar sobre el cuidado del medio ambiente.
Beneficiarios: (Público objetivo- segundo ciclo)
Actividades: Conversación guiada, reportajes en terreno, problemas medio ambientales, música.

Narración primera transmisión:  (debe redactar y pensar que debe ser dinámico e interactivo, para captar la atención del público)

Cuida tu ortografía y redacción.

lunes, 24 de febrero de 2014

Falta Poquito!!

Querid@s alumn@s

L@s espero con muchas ganas de seguir avanzando en clases.
Disfruten los últimos días de Vacaciones!!!