miércoles, 19 de agosto de 2015

Lee atentamente y Responde 7 básico Taller de Lenguaje

EL LEÓN

    El león hace gala de todo un aparato atemorizador e imponente que resulta de lo más  inapropiado  para un cazador. La flotante melena negra de  los  leones de montaña, la voz de trueno, las arrogantes  posturas en los altos de los collados o en  las  cuerdas, forman parte de todo un sistema bélico que  los  machos ponen en juego para asustar a sus competidores; para que los vecinos líderes de otras tribus  leoninas sepan que sus territorios de caza están defendidos por un león poderoso, en la flor de la edad.


    Pero la especialización de los leones adultos  en la delimitación y defensa de las  fronteras  de  sus feudos no siempre se reduce a las imponentes actitudes de parada. Con frecuencia, los machos competidores libran batallas titánicas en la que no  es  raro que muera uno de los contendientes o queden muy  malheridos. El más fuerte y hermoso de los  leones  que he observado y filmado fue encontrado muerto y semidevorado, una mañana, por los guardianes de  la  reserva del Ngorongoro. Durante toda la noche escucharon los terribles rugidos que acompañaban a las  luchas territoriales. Al parecer, un  león  de  melena roja, campeón de una horda vecina, mató al macho  de la montaña aprovechándose de que éste estaba inútil, con una de sus zarpas hinchada como consecuencia  de una espina infectada.


    Esto explica mi afirmación de que los leones  machos se asemejan más que ninguna otra criatura a los épicos monarcas medievales o a los heroicos  guerreros de la "Iliada". Adornadas sus imponentes cabezas con el penacho de  sus  crines,  sin  malgastar  sus energías en la caza o en los deberes familiares, pregonando a los cuatro vientos sus derechos  sobre  la propiedad de su feudo, los leones adultos y dominantes son mantenidos por las hembras y los machos  jóvenes de sus hordas. Porque para la sociedad de  los grandes felinos resulta más vital que la propia caza la garantía de posesión de un amplio territorio, donde no puedan penetrar otros congéneres, para que  se conserve así la elevada densidad de animales  herbívoros que la tribu necesita para alimentarse.


    Pero, además de la lucha con los machos de  otras hordas, en el seno  de  los  propios  grupos  existe siempre una rígida jerarquización entre  los  leones adultos y semiadultos. Y tan pronto  como  un  líder pierde facultades por la edad o por lesiones recibidas en un combate, su inmediato inferior  lo desafía y ocupa inexorablemente su puesto  si  vence  en  el duelo.    
    Félix Rodríguez de la Fuente.


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